viernes, agosto 15, 2008

En Cuanto Confíes En Ti Mismo, Sabrás Como Vivir

La confianza en si mismo es una condición primordial para aliviarse de una enfermedad, también lo es para la resolución de todo problema que enfrentemos, incluso, para aquello que aparentemente está “mas allá” de nuestra voluntad.

La confianza en mi propio poder es un ingrediente elemental ante una situación familiar difícil, o falta de dinero o cualquier otra situación similar. ¿Será posible conseguir lo que queremos en nuestra vida si la energía que proyectamos hacia los demás es de miedo, de carencia, o de no merecer?

Por ejemplo, si quieres que tu pareja sea amorosa y considerada hacia ti, tu crees que lo será si no la valoras por lo que es y lo que recibe de ti son quejas y reproches de como “debiera ser”? O, ¿podrás lograr esa venta con tu cliente si lo que percibe de ti es tu preocupación por dinero y tu urgencia de vender?

El Diccionario de la Real Academia define confianza como: “esperanza firme que se tiene de alguien o algo”. Y ante una enfermedad o problema o situación determinada, el único elemento que mejor conoces es a ti, tu YO; nadie te conoce mejor que tu mismo, nadie sabe que se siente ser tú, solo tu has vivido tu vida; por ende, confianza ocurre cuando tienes autoestima, cuando reconoces tu propio valor, tu propio saber, tu propio poder. Confianza ante “equis” situación es tener conciencia y usar el poder que YO tengo para manifestar lo que YO deseo.

Estaba en la casa de mi amiga, Hannah, que es naturopata y homeopata y es una sobreviviente de cáncer de pecho. Por su experiencia y su trabajo, trataba con pacientes mujeres que padecían cáncer. Ese día recibió una llamada en su celular, era una mujer de 65 años a la que voy a llamar Nancy y quien había sido recientemente diagnosticada con cáncer de pecho. Ella no quería someterse a ningúna radiación, quimioterapia o, cirugía, quería sanarse por métodos alternativos y por eso contactó a Hannah.

Cuando Hannah dejó el teléfono me comentó sobre la conversación con Nancy, quien no le había dejado una buena impresión. Según Hannah, Nancy se escuchaba muy pesimista, vivía sola y le dejó la imagen de ser una mujer muy dependiente de otros, particularmente de sus hijos para hacerse sentir bien; se alimentaba de su energía para de alguna forma estar en pie y, en general, no tenía una mentalidad muy positiva.

Hannah le preguntó algo que me pareció fenomenal:

“¿qué creé usted que tiene que le hace pensar que puede vencer al cancer? ¿porqué creé usted que es capaz de hacerlo?”

Una excelente pregunta, no crées? Y después le formuló otra pregunta más:

“¿tiene usted experiencias previas en su vida en las que haya enfrentado situaciones o problemas difíciles y haya salido exitosa?”

Está última pregunta es crucial porque, si ella misma siente que no ha tenido experiencias previas en las que haya experimentado su propio poder y si no está conciente de ello, entonces, no tiene muchas probabilidades de éxito contra el cáncer que padece.

¿Que quiero decir con esta historia? La diferencia la hace la confianza, la actitud que tomes para contigo mismo. En este caso, la confianza hacia tu cuerpo de encontrar su punto de equilibrio en un ambiente de serenidad y positivismo en tu manera de ver, pensar y, sentir tu vida.

Si sabemos y tenemos plena confianza de que en varios momentos de nuestra vida hemos tenido el poder de conseguir lo que queremos, sea ese empleo, ese cliente, ese titulo o, sea lo que fuere, entonces podremos operar con esa certeza y seguridad para enfrentar una enfermedad o, hacer que nuestras relaciones con los demás sean como nosotros queremos, con armonía y tranquilidad en nuestros pensamientos, emociones y acciones.

Ten confianza de que a este mundo veniste equipado con todo lo necesario para experimentar y tener lo que tú decidas.

"Hay dos maneras de vivir la vida, una es pensar que nada es un milagro; la otra es pensar que todo lo es". Albert Einstein.