Seguramente te has preguntado más de una ocasión porqué ciertas personas se han (y continúan) presentado en tu vida; quizás te has cuestionado:
- ¿porqué siempre me toca con gente tan lenta en el banco, el super, o en el carril que voy manejando?
- ¿porqué tengo esta pareja, como fue que terminé con el/ella si en realidad no tenemos nada en común?
- ¿porqué me topo con gente tonta e incompetente, qué no saben hacer las cosas?
- ¿porque pretenden engañarme, de que me han visto la cara?
Y quizás otras preguntas más que con tinte similar te hacen pensar, ¿qué acaso soy tan especial que pareciera que atraigo cierto tipo de personas en diferentes círculos y momentos de mi vida?
Tus emociones, como tus pensamientos y acciones son una fuerza creadora, atraen, manifiestan, posibilitan y orquestan situaciones y personas para responder a ese “llamado”. Los sentimientos que experimentas en tu interior, son como magnetos que atraen situaciones y personas que re-confirman ese sentimiento en lo exterior. Igual atrae igual. Probablemente te ha pasado que cuando algo te sale “mal”, otras cosas se suscitan como un efecto en cadena, y a final de cuentas sientes que tuviste un día pésimo que comenzó con solo un incidente. Por ejemplo, si experimentas frustración o cualquier otro sentimiento negativo por lo ridículo que es hacer un sencillo trámite en donde te tienen esperando “por horas”, ese sentimiento es una fuerza creadora, y cuando sales de hacer el trámite sigues cargando ese sentimiento que proyectas y radías; por consecuencia, todas las personas con las que tienes contacto responden ante esa energía.
NADA de lo que nos ocurre es accidente y ningún evento o encuentro que tenemos es casualidad; por el contrario, es una señal, una alerta; lo que envías hacia afuera, se te regresa multiplicado y las personas que han estado y están en tu vida presente son una manifestación y un referente de quien tú eres, y la relación que tu tienes para contigo misma. Esas personas te muestran lo que tu estás sintiendo en tu interior, la energía con lo que te estás alimentando, y también, reflejan lo que tu envías hacia tu exterior, lo que consecuentemente estás atrayendo y lo que alimentas a las personas que te rodean y a este mundo como un todo.
Cuando cobras conciencia de esto te das cuenta entonces del poder que tienes para re-crearte a ti misma y re-hacer las cosas como tú quieres. Tu atraes a personas y situaciones dependiendo lo que tu sientes en tu interior y proyectas hacia tu exterior pero, lo tienes que sentir! Por ejemplo, ¿podrás cautivar a alguien si piensas y le dices “te amo”? Quizás si te crea aunque no lo sientas pero, la verdad aflorará por si sola tarde o temprano. Por el contrario, cuando lo sientes y dices a alguien te amo, la otra persona percibe esa energía, y aunque no lo digas, tus ojos “hablan” por si solos y ese sentimiento se siente incluso al tacto.
El sentimiento es poderoso. No vasta con tener pensamientos positivos, la emoción es la llave; es el sentimiento lo que hace cambiar al mundo. Primero se es feliz y después se actúa en consecuencia; no al revés, no se hace algo para ser feliz; la mente no puede conducirte a la experiencia del cuerpo, la mente es solo un instrumento del alma, así como lo es el corazón.
Aquí algunas recomendaciones que te ayudarán a entrenar tu mente-cuerpo en la formación de sentimientos positivos para re-crearte como tu eligas:
- Escucha bien a tu alrededor. En todo momento las personas que están contigo te están recordando quien eres, son tu espejo. Las reacciones de la gente hacia ti son un buen termómetro con el que te darás cuenta en que punto de crecimiento estás en tu vida, ¿eres paciente y tolerante, te conduces con amor, tienes compasión?
- Cobra conciencia y elige siempre el sentimiento más alto que refleje quien eres. Si no experimentas quien tú quieres ser, entonces elige un sentimiento diferente. No forces sentimientos, primero aléjate de esa situación en particular y toma un tiempo para ti, camina, respira, y después cambia tu manera sentir; NO te enfoques en los pensamientos de tu mente, centra tu atención en el sentimiento.
- Ve cada situación como una oportunidad. Si por ejemplo, tú deseas tener paciencia ante la gente que te “saca de tus casillas”, ¿tu crees que Dios, el Universo, o la Vida te dará la sensación de paciencia en tu cuerpo o, te presentará con la oportunidad para que tu elijas y experimentes paciencia?
- Siente el sentimiento y después actúa experimentándolo.
